Dios de la lluvia
Tlaloc para aztecas
Chac para los mayas y Toltecas
Este tipo de estatuas hizo su aparición en Mesoamérica al inicio del posclásico, y es asociada a los toltecas. Varios ejemplares se han encontrado en Tollan-Xicocotitlan (Tula) y Chichén Itzá, y este hecho es uno de los argumentos utilizados en los debates sobre las relaciones entre estos dos sitios.
Los chacmools se encuentran en el centro de México y Yucatán, con el mayor número concentrado en los sitios arqueológicos de Tula, Hidalgo y Chichén Itzá, Yucatán. Un chacmool excavado en el Templo Mayor Azteca en la Ciudad de México a principios de la década de 1980 fue encontrado completamente policromado.
Se encuentran 17 esculturas de Chac Mool halladas en la vasta zona arqueológica de Chichén Itzá.El arqueólogo Rubén Maldonado Cárdenas presentó a sus colegas y autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
En la Ciudad de México, es posible conocer a Chacmool en el Museo Nacional de Antropología, Av. Paseo de la Reforma s/n, Polanco, Bosque de Chapultepec.
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La estatua del Chacmool tenía una importancia más allá de su materialidad y contexto antiguo, y se insertó simbólicamente en el ambiente cultural por medio de varias obras literarias que la alabaron. La escultura fue exaltada por la élite yucateca y llegó a ser una pieza clave en el programa de construcción de la identidad regional. Asimismo, el artefacto correspondía a la ficción racista que ellos habían construido de la historia indígena, que rechazaba el argumento de que los mayas contemporáneos eran descendientes directos de los mayas del periodo Clásico pues, según algunos de ellos, los vestigios antiguos del estado provenían de una cultura extranjera (Sellen, 2013: 285). Sin embargo, el entusiasmo por el Chacmool pronto dio lugar a la frustración, ya que la escultura fue otorgada como regalo al general Porfirio Díaz, recién declarado presidente de la República, por el gobernador provisional Agustín del Río.
Rastreando su ruta final, el Chacmool fue trasladado a la capital del país en mayo de 1877, en un hecho simbólico que también denotaba una victoria del centralismo frente a la autonomía yucateca. La llegada al Museo Nacional representó una nueva resignificación de la escultura, considerada ahora como una pieza de gran importancia para la constitución de la historia de la nación, en un contexto más amplio.
Al inicio del siglo XX, con un momento de crisis dentro de la historia del arte y la insatisfacción con sus expresiones e instituciones, muchos artistas comenzaron a recurrir a centros de tradiciones no europeas para buscar inspiración para sus obras (Mattos, 2014: 259). En tal contexto, los objetos del arte precolombino fueron fuentes recurrentes de inspiración. Entre estos artistas sobresale el escultor británico Henry Moore, que hizo uso extensivo del arte del México antiguo para construir sus obras. Reclining Figure, uno de sus trabajos más famosos de los años cincuenta, se inspira en la figura del Chacmool.
El Chacmool permaneció en el antiguo Museo Nacional hasta la inauguración del moderno Museo Nacional de Antropología en 1964, cuando la pieza siguió su último itinerario a las nuevas instalaciones, donde se exhibe actualmente. Con los avances en los estudios y los posteriores descubrimientos de otras piezas similares en diferentes partes de esta región, la escultura obtuvo aún más notoriedad. Hoy el Chacmool ha ganado la atención del público formando parte de varias rutas turísticas de miles de visitantes que recorren diariamente el museo y se ha convertido en una pieza icónica mesoamericana.
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