Al igual que Miguel Ángel, Rafael, pintor del Alto Renacimiento, también fue comisionado para crear frescos monumentales para el Vaticano. En 1511 pintó un conjunto de cuatro murales inspirados en las principales escuelas de pensamiento: teología, derecho, poesía y filosofía.
La escuela de Atenas, el fresco más conocido de esta serie, incluye retratos de los filósofos más famosos del mundo. Además de grandes pensadores griegos como Platón, Sócrates, Euclides y Aristóteles, este colorido mural también incorpora un autorretrato furtivo del propio artista.
2 “La última cena”
Este mural se encuentra en el refectorio del convento dominico de Santa María delle Grazie, en Milán, Italia. Es una de las maravillosas creaciones de Leonardo Da Vinci.
Este fresco fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980. Mide 460 cm de alto por 880 cm de ancho.
3 “El cortejo de los Reyes Magos”
Está en la capilla del suntuoso palacio Medici-Riccardi, Florencia, Italia. Esta obra, sin duda la más ambiciosa y la más famosa del pintor Benozzo Gozzoli, representa el tema de los Reyes Magos. El episodio bíblico sirvió al artista para representar a numerosos miembros de la familia propietaria del palacio.
Una recopilación de pintura no podía empezar de otra manera. En la Capilla Sixtina se encuentran los frescos más importantes del planeta obra de Miguel Ángel. "La Capilla Sixtina es uno de los tesoros del Vaticano, dado que alberga los frescos realizados por el máximo exponente de la pintura clásica: Miguel Ángel Buonarroti, más conocido como Miguel Ángel. En ella se puede ver la famosa imagen de la Creación en el centro de la nave, acompañado por un sinfín de frescos alegóricos", cuenta la viajera de minube Belén G. Bonorino. Ver más fotos de la Capilla Sixtina
Análisis de las pinturas de la boveda de la capilla sixtina
La división principal del techo está hecha en nueve paneles que representan las escenas del libro del Génesis. La elección del tema teológico establece una relación entre los principios de la historia humana y la venida de Jesucristo, aun cuando este no se encuentra presente en la composición pictórica del techo.
Las figuras, aunque pictóricas, están influenciadas por la perspectiva escultórica del artista y, al mismo tiempo, se percibe la importancia del dibujo. De la misma forma, las imágenes revelan el dominio del artista en la representación y el conocimiento de la anatomía humana.
Estas figuras son predominantemente robustas, enérgicas y poderosas, aunque elegantes. A lo ancho del espacio las imágenes gigantescas y musculosas se contorsionan de forma casi imposible, lo que otorga movimiento a toda la composición y también una gran energía.
Esta vivacidad de la composición es ciertamente una evidencia del momento histórico que Italia vivía y que se expandía por toda Europa. No se trataba solo del renacimiento del arte clásico, sino también de un redescubrimiento de la filosofía griega y el humanismo.
Una nueva Europa estaba naciendo, dejando atrás la Edad Media y abriendo la Edad Moderna, que hizo del ser humano el centro del mundo, lo que se llamó antropocentrismo.
Los nueve paneles cuentan la historia de la creación. El primero representa la separación de la luz y las tinieblas; el segundo retrata la creación del sol, de la luna y de los planetas; el tercero representa el momento en que la tierra es separada del mar.
5 Monasterio de Rila (Bulgaria)
MINUBE/JAVI SOTO
Este monasterio, en su conjunto, es una de las obras arquitectónicas más importantes de Bulgaria y es Patrimonio de la Humanidad. Sus frescos, pintados por los artistas Samokov y Bansko, son una de las zonas más impresionantes del monasterio. ¡Una pasada! Ver más fotos del Monasterio de Rila
6 Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid)
MINUBE/CARLOS OLMO
¡Qué decir de El Escorial que no sepamos ya! Así lo explica Mistika, una de las viajeras de minube: "Cuentan que la bóveda del techo de la biblioteca está protagonizado por las siete artes liberales: retórica, dialéctica, música, gramática, aritmética, geometría y astrología. Muchos de los frescos fueron pintados por Pellegrino Tibaldi, sobre todo los de la biblioteca y el claustro. Tras su paso por El Escorial y su encargo de Felipe II, vuelve a su tierra, a Milán, donde tras conocer la grandiosidad y el esplendor deslumbrante del sobrio palacio español, proyectó una catedral de fachada monumental, con gigantes columnas, estatuas y obeliscos que nunca se llegó a construir". Ver más fotos de El Escorial
7 Monasterio Voronet (Rumanía)
MINUBE/ADRIANA OANCEA
Este monasterio medieval fue construido por Esteban el Grande en 1488 y es conocido como la "Capilla Sixtina del Este". No hace falta profundizar mucho en esto: las imágenes explican por sí mismas este sobrenombre. Además, el tono azul de los frescos se conoce como azul de Voronet por su tono, tan característico. Ver más fotos de Voronet
8 Basílica de San Francisco de Asís (Italia)
MINUBE/ANDREA TARTER
Cuando se acabó de construir el esqueleto de esta basílica, entre 1272 y 1280, comenzó a pintarse el interior con frescos sobre la historia de María, del Apocalipsis y de los Apóstoles. Los encargos de parte de esta decoración fueron Cimabue y su taller, el considerado iniciador de la escuela florentina. Ver más fotos de San Francisco de Asís
9 Iglesias de San Salvador de Cora (Turquía)
MINUBE/ELE BAÑOS
Lala, viajera de minube, explica así cómo es este templo: "La iglesia está compuesta por varias capillas adosadas que le dan un aspecto de forma irregular, apreciándose mejor por su parte trasera. Pero lo más destacable se encuentra en el interior, con todos esos frescos y mosaicos, ahora descubiertos, que constituyen el museo y que están considerados como el máximo esplendor del Renacimiento bizantino. Los más significativos se encuentran en la capilla funeraria y en la cúpula".
10 La creación de Adán en la capilla sixtina
El cuarto panel del techo está dedicado a la creación de Adán, y es una de las imágenes más difundidas y reconocidas mundialmente. Aquí Adán yace lánguidamente recostado, como si le faltara energía, obligando a Dios a dar el último esfuerzo para tocar los dedos de Adán y poderle dar una chispa de vida.
Al contrario de la figura aparentemente perezosa de Adán, Dios está dotado de movimiento y energía y hasta sus cabellos se mueven con una brisa invisible. Debajo de su brazo izquierdo, Dios sostiene a Eva íntimamente. Eva espera con paciencia a que Adán reciba la luz de la vida para que ella pueda recibirla también.
En el quinto panel (el central) se ve por fin la creación de Eva; en el sexto se representa la expulsión del paraíso de Adán y Eva; en el séptimo se representa el sacrificio de Noé; en el octavo, el diluvio universal y en el noveno, finalmente, la embriaguez de Noé.
A los lados de los paneles se representan alternadamente a los profetas (Zacarías, Joel, Isaías, Ezequiel, Daniel, Jeremías y Jonás) y a las sibilas (Délfica, Eritrea, Cumana, Pérsica y Líbica). Miguel Ángel hace así una yuxtaposición entre el cristianismo y el paganismo, lo que algunos críticos interpretan como un modo sutil de criticar a la Iglesia Católica.
Los paneles, así como el resto de la composición pictórica, están enmarcados por elementos arquitectónicos pintados con extremo realismo y con los cuales las figuras interactúan. Algunos se sientan y otros se recuestan sobre estos elementos de arquitectura falsos.
En las cuatro esquinas del techo, llamadas pechinas, se observa también la representación de las cuatro historias emblemáticas de la salvación de Israel y, esparcidas por el centro de la composición, se observan veinte figuras masculinas desnudas sentadas, conocidas como "Ignudi", un nombre atribuido por el propio artista.
Estas figuras aparecen en pares de cuatro, rodeando cinco de los nueve paneles del techo, específicamente aquellos que representan la embriaguez de Noé, el sacrificio de Noé, la creación de Eva, la separación del mar y la tierra y la separación de la luz y las tinieblas.
Miguel Ángel regresó a la Capilla Sixtina más de 20 años después para ejecutar el fresco El juicio final (1536-1541), el cual está ubicado en la pared del altar. Este trabajo fue encomendado a Miguel Ángel por el Papa Clemente VII (1478-1534), pero la obra solo iniciaría después de la muerte de este, durante el pontificado de Paulo III (1468-1549).
Contrastando con la vitalidad, el ritmo y la energía radiante de los frescos del techo, la representación del juicio final es sombría y, al mismo tiempo, es una composición de cuerpos sin real estructura. En total están representados trescientos noventa cuerpos que originalmente iban desnudos, incluida la Virgen María.
La composición es dominada por la figura central de un Cristo juez implacable y temible. En el fondo el cielo se rasga y en la parte inferior los ángeles tocan trompetas anunciado el juicio final.
Las diferencias entre las pinturas del techo y de la pared del altar están relacionadas con el contexto cultural y político en la época de realización.
12
LA ANUNCIACIÓN
“La anunciación” por Fra Angelico (ca. 1442-1443)
La anunciación del pintor italiano Fra Angelico marca el cambio de la Edad Media al Renacimiento italiano. A diferencia de las piezas medievales que presentan un tema similar, este fresco transmite una composición más realista, ya que Angelico sugiere de manera experta la profundidad mediante el uso de un punto de fuga.
Este fresco se encuentra en el convento de San Marco en Florencia, Italia. Si bien no es la primera vez que Angelico exploró esta iconografía (también completó tres pinturas de panel visualmente similares y otro fresco de la Anunciación), se ha convertido en uno de los frescos más conocidos del Renacimiento.
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