Los tesoros de México en la época de Maximiliano: del Penacho de
Moctezuma a un lujoso carruaje
Un eje rector de la monarquía encabezada por
Maximiliano de Habsburgo fue la legitimación cultural a través del arte y la
reconfiguración de la historia de México
El carruaje de Maximiliano y Carlota se
encuentra expuesto en el Museo Nacional de Historia (Foto: INAH)
Mucho se ha comentado sobre los “tesoros” de México que se encuentran
repartidos por el país y el mundo. Sin embargo, resulta significativo que
la monarquía de facto instaurada por el acuerdo de España, Francia y
Alemania, que encabezó Maximiliano de Habsburgo, sea uno de los periodos en
los que más se ha encontrado evidencia de objetos de gran valor histórico.
Tras formalizarse el apoyo de Francia al nuevo Imperio en los tratados
de Miramar, el 28 de mayo de 1864 desembarcaron en Veracruz Maximiliano
y Carlota, mientras el gobierno de Benito Juárez se encontraba establecido
en Monterrey. Pese a que se trata de un periodo efímero, el Segundo Imperio
significó cambios políticos, sociales y culturales que forman parte de la
historia de México.
El carruaje de Maximiliano
Elaborado en 1864 por la casa de Cesare Scala de Milán, Italia, el
carruaje de gala que acompañó a los emperadores en su viaje a México y que fue
utilizado en contadas ocasiones durante su estancia en el país, es uno de
los objetos de mayor valor histórico con los que cuenta el archivo mexicano.
Dicho medio de transporte se encuentra en el Museo Nacional de Historia.
En la época del Segundo Imperio se hicieron importantes gestiones para
recuperar piezas de gran valor histórico para México (Foto: Twitter@PGaleanaH)
Además de este, en el “Salón de carruajes” del Castillo de
Chapultepec están expuestos otros vehículos, pues dicho lugar fue
dispuesto para almacenarlos.
Entre las piezas destaca una Calesa marca Bindeer R. Ducolisee utilizada
por Benito Juárez en su peregrinar por varios estados del país durante la
intervención francesa y el segundo imperio mexicano de 1862 a 1867; asimismo,
se encuentra el carruaje de uso diario de Maximiliano y Carlota, el cual
también ocupó el Benemérito de las Américas.
El penacho que Maximiliano pidió prestado a su primo Francisco José
El penacho de Moctezuma y el penacho de
Cuauhtémoc son dos piezas prehispánicas que están expuestas en museos de
Austria y Francia, respectivamente (Foto: EFE)
En el libro Noticias del Imperio, de Fernando del
Paso, se relata un fragmento sobre la negativa de Austria a devolver el
penacho de Moctezuma.
“A propósito, parece que Maximiliano está muy triste porque
Francisco José, si bien decidió acceder a devolver a México algunas joyas
prehispánicas, se negó a entregar el penacho de Moctezuma, aduciendo
que no estaba en condiciones de soportar un largo viaje y podría
llegar deshecho, aunque pronto llegará el escudo del mismo emperador azteca
y una carta de Hernán Cortés a Carlos V”, menciona el texto.
Además de este conocido objeto, en su libro México insólito en
Europa, el investigador Miguel Gleason habla sobre el penacho
de Cuauhtémoc, que se expone el Museo Branly de París. En su indagación, el
especialista encontró que la pieza viajó a Viena, regresó a México con
el emperador Maximiliano y, tras su fusilamiento, fue vendido a un
coleccionista francés.
En escudo Chimalli
La pieza sobrevivió a un viaje a Europa
(Foto: Cynthia Talavera/ Infobae)
En 1866, el emperador Maximiliano gestionó el regreso de un
escudo elaborado en los talleres especializados del imperio de Moctezuma
II luego de ser enviado por Hernán Cortés a Carlos V antes de 1524.
La idea del mandatario era que la pieza fuera expuesta en el Museo del
Imperio. En una publicación del Museo Nacional de Historia,
con motivo de la muestra temporal del “Tesoro de Moctezuma”, la institución
señala:
Desde 1944, este chimalli con plumas y piel de felino es un tesoro del Castillo
de Chapultepec. Cabe señalar que dicho escudo prehispánico es el único en su
tipo que se conserva en nuestro país y uno de los cuatro existentes conocidos
en el mundo.
Uno de los ejes del gobierno de Maximiliano fue un programa de apoyo a las artes que tenía como objetivo
hacer público el esplendor de la monarquía, manifestada en la traza
de amplias avenidas, la erección de monumentos y la construcción de majestuosos
edificios públicos.
Un eje rector de la monarquía encabezada por Maximiliano de Habsburgo
fue la legitimación cultural a través del arte y la reconfiguración de la
historia de México (Foto: Twitter@PGaleanaH)
Parte central del proyecto fue la institución de la Academia
Imperial de San Carlos, a través de la cual se impulsó la construcción de
una historia nacional mediante retratos y a paisajes que enfatizaban el México
prehispánico y su separación de España.
“Si vosotros tenéis grandes artistas no es gracia, porque hay estímulo
[…]. Aquí, sin emulación, guiados sólo por el amor al arte, con corazón y
sentimiento joven, robusto y enérgico, caminando en la senda de la escuela
clásica, tengo a mi Rebull, Ramírez, Obregón, Pina, Urruchi, como pintores; a
Sojo, Calvo y Noreña como escultores, e ingenieros muy capaces de llevar a cabo
obras de la mayor importancia”, fragmento escrito por Maximiliano de
Habsburgo, emperador de México de 1864 a 1867.
Chimalli, tesoro de Moctezuma en Chapultepec (inah.gob.mx)
Un Chimalli o escudo prehispánico
confeccionado en plumas de una gran variedad de aves y piel de felino.
Fue elaborado en los talleres
especializados del imperio de Moctezuma II y enviado por Hernán Cortés a Carlos
V antes de 1524. Poco más de tres siglos después, en 1865, Maximiliano de
Habsburgo gestionó su regreso a México para que formara parte de las
colecciones del Museo Imperial (luego Museo Nacional); en 1866 el escudo llegó
a México proveniente de Austria. Desde 1944, este chimalli con plumas y piel de
felino es un tesoro del Castillo de Chapultepec. Cabe señalar que dicho escudo
prehispánico es el único en su tipo que se conserva en nuestro país y uno de
los cuatro existentes conocidos en el mundo.
Desde hace varios años el chimalli se
ha estudiado de manera interdisciplinaria por arqueólogos, artesanos, biólogos,
físicos, historiadores, químicos y restauradores. Es así como se han
desentrañado sus secretos; se han descubierto los materiales y las especies
animales involucradas en su manufactura, las técnicas de realización, las
cadenas de producción y tributación implicadas, así como los usos y
significados de estos artefactos. Aspectos que se verán reflejados en esta
exhibición, la primera que se hace sobre un escudo prehispánico en un contexto
particular.
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