FRIDA KAHLO

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FRIDA KAHLO



CASA FRIDA KAHLO
DirecciónLondres 247, Del Carmen, Coyoacán, 04100 Ciudad de México, CDMX

Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
Diego Rivera s/n, San Ángel Inn, Álvaro Obregón, 01060 Ciudad de México, CDMX









Todas las obras de arte tienen un significado. Algunos muy simples, otros muy profundos. Y las obras de Frida Kahlo no son la excepción…
En una entrevista, ella comentó “Me pinto a mi misma porque soy a quien mejor conozco”.

Ella siempre pintaba sobre su vida… Que por cierto, estuvo llena de sufrimiento y agonía… Y eso es lo que hizo que su arte fuera tan famoso y reconocido a nivel mundial.

La columna rota

La vida de Frida estuvo llena de desgracias y desafíos. Cuando tenía 18 años, un accidente de autobús le ocasionó muchas fracturas y achaques con los que sufrió por el resto de su vida.

Frida se dibujó a sí misma desnuda de la cintura para arriba, con un corsé de acero que le fue ordenado para poder sostener su cuerpo. Detrás de las correas del corsé, una enorme abertura recorre su cuerpo y deja su columna rota a la vista. Hay clavos por todo su cuerpo y uno especialmente grande en su corazón, expresando dolor no sólo físico.

Frida se pintó con lágrimas en los ojos y sobre un fondo árido y desolado. La obra completa es un grito desesperado de dolor, de su realidad.

Frida y Diego

Frida trabajó en este retrato durante los primeros años de su matrimonio, los muestra a los dos mirando hacia al frente con expresiones serias pero tomados de la mano, como símbolo del gran amor que se tenían.

Frida se mantuvo apegada a la realidad en cuanto a la diferencia de sus tamaños: él, grande y ella, delgada y pequeña. Frida está vestida con un típico vestido mexicano, el favorito de Diego y el que empezó a usar casi al mismo tiempo que empezó su relación con él. Diego tiene en su mano derecha una paleta y pincel, lo que demuestra la admiración que ella tenía por el talento artístico de su esposo.

En este retrato no hay nada que distraiga la atención de los dos personajes en el fondo (como en muchas otras de Frida), dejando claro que, en su relación, no era necesario nada más.

Autorretrato con el pelo suelto

“Aquí me pinté yo, Frida Kahlo, con mi reflejo en el espejo. Tengo 37 años y es Julio de 1947. En Coyoacán, México, el sitio en donde nací.”

En esta pintura Frida refuerza su identidad. Pocas veces Frida se pintó con el cabello suelto, pero al hacerlo en este autorretrato se dice que lo hizo porque Diego porque a él le encantaba su cabello suelto y largo.

Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos

Frida vivió con Diego en Estados Unidos casi tres años, y extrañó México con todo su ser. Ese son parte de cada uno de los dos países.

Por un lado su visión de México, donde destacó la naturaleza, la cultura azteca, las creencias y los colores vibrantes. Del lado de Estados Unidos, predomina la tecnología y la industria. Frida tiene en sus manos una bandera con los colores mexicanos, dando a entender cuál es el lugar al que su corazón pertenece.

Henry Ford hospital

Frida plasmó aquí uno de los momentos más traumáticos de su vida: el aborto natural que sufrió en el año 1932, mientras vivía en Estados Unidos. La vemos a ella acostada en una cama de hospital, bañada en sangre.

De su estómago se desprenden seis filamentos como si fueran venas o cordones umbilicales, que conectan su cuerpo con algunas imágenes que ella relacionaba con el aborto. En el centro está el feto de un bebé varón. Frida anhelaba tener un hijo y, aunque nunca lo logró, cuando hablaba del tema se refería a él como “el pequeño Dieguito”. La orquídea violeta fue la flor que Diego le dió.

El caracol simboliza un aborto lento y la figura del torso de una mujer, en el que se observan los órganos internos, muestra el interior de una mujer desde su perspectiva (casi como si su cuerpo, que no había podido llevar adelante el embarazo, se hubiese desprendido de ella).

Pintó también una máquina de metal que ella diseñó para reflejar todos los fríos instrumentos utilizados para hacer el procedimiento. Por último aparece su pelvis, que no pudo dar casa a ese bebé.

Autorretrato con collar de espinas

Frida pintó este cuadro durante la época de crisis de su matrimonio con Diego Rivera. El elemento más importante es el collar de espinas que se hunden en su cuello como señal del dolor que le causa su relación rota con Diego.

Este collar simboliza la famosa corona de espinas, muy significativa en la tradición cristiana. Del collar cuelga un colibrí negro, muerto, con las alas extendidas, un detalle que Frida comparaba con la forma de sus cejas. El colibrí simboliza el fin de su matrimonio. Sobre sus hombros, un gato negro, símbolo de mal augurio y, finalmente, su mono, que le regaló Diego. El mono luce indiferente, que es como Frida percibía a Diego.

En esta obra Frida sigue portando el atuendo tehuano y el cabello al estilo tradicional mexicano, que ya se habían convertido en parte de su propia identidad.

Las dos Fridas

Aquí, Frida plasmó sus sentimientos después de divorciarse de Diego. Pintó a la Frida mexicana, de la cual Diego se enamoró. La otra es Frida europea, la nueva artista independiente y reconocida en todo el mundo, pero también la que su esposo abandonó.

Sus corazones están expuestos a la vista y se ve como una delgada vena los atraviesa a los dos, uniéndolos. La Frida de vestido victoriano sostiene unas tijeras quirúrgicas que cortan la vena sobre su regazo, permitiendo que la sangre se derrame sobre su vestido blanco.

Frida siente que se desangra de dolor. Ambas mujeres se sostienen de la mano, como una aceptación de la artista de que ella es la única persona que se comprende, se ama, y que se ayudará a salir adelante.

Diego en mis pensamientos

A pesar de su divorcio, Frida nunca dejó de amar a Diego. Sabía que su exmarido nunca iba a poder dejar las aventuras con otras mujeres y que nunca iba a poder ser el esposo que ella quería.

Y sin embargo, Diego no iba a poder irse de su alma ni de sus cuadros: en este autorretrato lo pintó sobre su frente, entre sus cejas, en el lugar del tercer ojo, siempre presente.

Frida viste el vestido de tehuana que a él tanto le gustaba. Alrededor de su rostro, toda la obra se llena de grietas, que simbolizan las marcas que dejó en su alma y en su mundo la separación de Diego.

El venado herido

En esta pintura, Frida se representa como un venado herido y vulnerable. Ella pintó este cuadro después de una operación de columna vertebral que supuestamente le iba a ayudar a miniminzar su dolor pero lo único que hizo fue empeorar sus dolores.

En la esquina inferior izquierda de la obra, Frida escribió la palabra “carma”, que en este caso significa “destino”.

El abrazo de amor del universo

Esta obra está conformada por las representaciones mexicanas del día y de la noche, la Luna y el Sol, la Vida y la Muerte y la Madre Naturaleza. Frida está abrazando a Diego desnudo y más pequeño que ella, cuidándolo, expresando un amor que no solo era de pareja si no a veces de madre también.

Esta obra también expresa la imposibilidad del cuerpo de Frida para tener hijos, lo cual la lastimo durante su vida.

La obra de Frida Kahlo es y siempre será muy especial y valorada por mexicanos y por personas de todo el mundo. Su arte siempre mantendrá su realidad.













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